La Policía Rural decomisó más de tres toneladas de carne, gran parte de ellas en avanzado estado de descomposición y sin sellos sanitarios, durante los operativos realizados en lo que va del año en distintos puntos del Valle de Lerma. La cifra triplica los registros del año pasado y deja al descubierto un problema estructural que preocupa cada vez más a los productores y vecinos: el avance del abigeato, la faena clandestina y la venta ilegal de carne sin ningún tipo de control bromatológico.
Pese a los intensos patrullajes y a los controles sobre rutas y carnicerías, el circuito negro de la carne sigue funcionando con total impunidad. Solo en comercios y depósitos, los decomisos ya superan las dos toneladas, mientras que otros procedimientos se vinculan directamente con robos de ganado ocurridos en fincas y campos del valle.
El jefe de la Policía Rural, comisario Franco Heredia, reconoció que los operativos se multiplicaron tras una seguidilla de denuncias por robo de animales. «Se está trabajando con controles vehiculares y recorridos preventivos, además de verificaciones en carnicerías para constatar la procedencia de la carne», explicó.
Aun con los esfuerzos policiales, los productores rurales aseguran que los cuatreros siguen operando con libertad, y que en muchos casos las denuncias no avanzan por falta de investigaciones concretas. Heredia admitió que existen causas en curso donde se sospecha la participación de bandas provenientes de Salta Capital, aunque hasta el momento no hay detenidos.
Mientras tanto, la faena clandestina crece y los controles son desiguales: en algunas localidades, las áreas de bromatología municipales colaboran con la Policía Rural; en otras, directamente no hay presencia ni fiscalización, o la mirada oficial en algunas comunas se dirige hacia otro lado.
El problema ya trasciende lo policial. Se trata de un fenómeno que erosiona la economía local, pone en riesgo la salud pública y desnuda la fragilidad institucional frente a un delito que se multiplica a plena luz del día, en el corazón del Valle de Lerma.
Seguidilla de Operativos
Los decomisos se multiplican, pero los controles siguen ausentes por parte de algunos municipios. Los decomisos de carne en mal estado se han convertido en un patrón que evidencia una crisis sanitaria silenciosa en el Valle de Lerma. A principios de octubre, un procedimiento realizado por la Sección Policial Rural, Ambiental y P.B.C. de El Carril dejó al descubierto una grave situación en Chicoana, donde se secuestraron más de 330 kilos de carne vacuna, porcina y de pollo en avanzado estado de descomposición. El operativo, ordenado por la Fiscalía Penal Delegación El Carril, a cargo del Dr. Diego Villagra, reveló un cuadro alarmante: cámaras frigoríficas con productos putrefactos, sin sellos sanitarios.
Un comercio de barrio Los Crespones, en Cerrillos.
Lejos de tratarse de un caso aislado, otro operativo a mediados de octubre confirmó que el problema se repite en distintos municipios del Valle. Esta vez, el procedimiento se realizó en Cerrillos, en el comercio «Súper Ana» del barrio Los Crespones, donde se decomisaron más de 110 kilos de carne en avanzado estado de descomposición. El control, encabezado nuevamente por efectivos de la Sección Policial Rural, Ambiental y de Protección de Bienes Culturales, permitió constatar la presencia de carne vacuna y de pollo putrefacta dentro del freezer y la cámara frigorífica del local.