Miles de manifestantes se movilizaron a las inmediaciones del Congreso Nacional en apoyo a los reclamos de los jubilados, en medio de un despliegue de unos 2.000 policías, calles cortadas por las fuerzas de seguridad, vallas y avisos a la población para que no acuda a la manifestación. A la protesta se sumaron docentes universitarios, sindicatos y organizaciones sociales en un ambiente de tensión.

Hace una semana la policía reprimió de forma muy contundente la marcha de los jubilados, entonces apoyada también por sindicatos y aficionados del fútbol, con el resultado de más de 120 detenidos y medio centenar de heridos, entre ellos el fotógrafo Pablo Grillo, que sigue en estado grave por causa del impacto de un cartucho de gas lacrimóngeno en la cabeza.

Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que terminó con una herida en la cabeza tras ser empujada por un policía durante la manifestación del miércoles pasado en el Congreso, volvió hoy a marchar y aclaró que desde hace cinco años reclama por un ajuste en sus haberes jubilatorios. “Quiero libertad nada más y decir lo que siento, porque tengo derechos”, manifestó la mujer esta tarde.

En paralelo, el gobierno solicitó allanamientos y la detención de 29 barras bravas que participaron en incidentes de la movilización de la semana pasada. La solicitud, respaldada por el fiscal Fernando Soto, busca identificar y procesar a los responsables.

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